DEPORTES
Cómo fueron las horas posteriores a la caída y el esfuerzo de Messi por mantener al grupo unido
Ahora nada será suficiente. No habrá palabras ni gestos que los rescaten del dolor en el que están sumergidos. Cada persona lo procesa de un modo diferente.
No necesitaba hablar Rodrigo De Paul. Sus pómulos estaban enrojecidos, como si hubiera tenido que contener el llanto. En cambio, Leandro Paredes estaba definitivamente enojado.
Eso transmitía su mirada en la zona mixta en el estadio Lusail.
Ellos pasaron sin hablar con la prensa. Ni siquiera dieron una respuesta ante el pedido.
Tiene una responsabilidad mayor. Lo sabe. Y aunque parezca “comidilla” de periodistas, es necesario explicarlo. La prensa televisiva y radial que tiene derechos consigue una posición de privilegio para las entrevistas. Por otra parte, aquellos medios que no pagaron por el canon a la FIFA, esperan detrás. Por allí los jugadores también están obligados a pasar, pero no a detenerse.
Una simple pregunta sobre cómo estaban sus compañeros después de la increíble derrota ante Arabia Saudita, probablemente la más dolorosa de la historia de la selección, se despachó:.
Y un poco más tarde reconoció el desafío mayor, uno supremo: “Ahora deberemos demostrar si somos un grupo de verdad. Que la gente confíe, que este grupo no los va a dejar tirados. Vamos a intentar ir a ganarle a México para volver a acomodarnos”.
El cuerpo técnico conversó con los jugadores. Por un lado, la distancia con los dos rivales con los que tendrá que pelear por su clasificación no es tan grande. Por el otro, ese era el único resultado que permitía que, ganando los dos partidos restantes (sin importar otros marcadores), la Argentina volviera a depender de sí.
Pero se repite: para eso, tiene que ganar los dos partidos. Allí es donde toma sentido lo de “pequeño alivio”, porque si bien el destino le hizo un guiño, el problema mayor persiste en el interior de la selección.