ARGENTINA
La angustia de ya no ser la esperanza de una Argentina rica posible
Una historia en dos actos. Acto I: el vicepresidente de la Nación, Carlos Pellegrini, al inaugurar el pabellón argentino en la Exposición Universal de París, de 1889, informa con entusiasmo: “Aquí no se habla más que de la República Argentina”. Las cifras del crecimiento económico de nuestro país son contundentes; por caso, los salarios argentinos son superiores a los europeos. Argentina es la tierra prometida.
Acto II. Jueves 15 de diciembre de 2022. El Indec publica el índice de inflación de noviembre: 4,9%. Argentina forma parte del lote de naciones menos prósperas del mundo, tal como lo indica el ranking de países con mayor costo de vida, en el que solo somos superados por Zimbabue, Líbano, Venezuela, Sudán y Turquía. Esto es así porque la relación entre inflación y pobreza es directa: los pobres son los que más sufren la escalada de precios. La pobreza multidimensional alcanza al 47% de las personas y la Población Económicamente Activa es de solo 40%, en lugar del 60% de otros países, a pesar de todo lo pendiente por hacer.
Por otro lado, el desempleo alcanza el 50 por ciento, dato contrario al que indica el Indec del 9 por ciento. Este último porcentaje es inventado porque se basa en la búsqueda de empleo. No obstante, la gente al no conseguir durante largos períodos, deja de buscar. Y si no buscan empleo, no figuran como desempleados para el Indec. Un cuadro calamitoso.
¿Qué pasó en el medio? ¿Qué ocurrió en estos poco más de cien años de historia? Muchas cosas, pero una es determinante. Lo que sucedió -y sucede- en el país, motivo por el cual muchos gobiernos fracasaron, incluso el del ex presidente Mauricio Macri, es que no existe una política de Estado respecto a un tema tan trascendente como el empleo. Por eso, es que, en mi libro, Pleno Empleo, de 2018, explico cómo en los países donde se ataca al empleo, hay estancamiento, mientras que donde no existen trabas, hay prosperidad. Nuestro país, sin dudas, terminó en el primer lote.
No obstante, Argentina podría iniciar una nueva era de crecimiento y desarrollo solo si se eliminaran las trabas al empleo y a los emprendedores. ¿Cómo? Protegiendo mejor a los trabajadores y a sus familias con el Seguro de Desempleo, que, vale aclarar, ya está legislado con la Ley 24.013. Sin embargo, para que sea la solución, debería considerar los verdaderos salarios y su financiación con un aporte de los empleadores. Así se protegería mejor al trabajador a la vez que permitiría eliminar las cláusulas indemnizatorias de la Ley de Contrato del Trabajo y sus anexas, como también el artículo 256, que, al permitir reclamos por dos años, da lugar a la Industria de los Juicios que tanto perjudica a los trabajadores y al país.
Si se lograra implementar este seguro de desempleo perfeccionado, los trabajadores estarían más protegidos que nunca. Sin embargo, los funcionarios y sindicalistas creen que si elimina la indemnización por despidos los empleadores echarán a todo su personal… Una irrealidad porque, simplemente, las empresas no funcionan sin gente. Por otro lado, contrasta con lo que ocurre en el mundo desarrollado donde, en países como Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda, no hay indemnización, pero hay más empleo.
Por ese motivo, estoy convencido de que, con la garantía del seguro de desempleo, Argentina volverá a ser uno de los países de mayor crecimiento y desarrollo, con todos los beneficios que ello traerá, particularmente, para los trabajadores, que merecen sueldos superiores a los actuales.