ARGENTINA
Nuevas olas de COVID en el mundo: cuáles son los 3 impactos del aumento de las subvariantes de Ómicron BA.4 y BA.5
La pandemia por el coronavirus continúa. A nivel mundial, los sublinajes de la variante Ómicron del coronavirus BA.5 y BA.4 siguen aumentando su prevalencia y se han detectado en 62 y 58 países respectivamente, según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esos sublinajes fueron detectados en marzo y abril de 2022, simultáneamente, a partir de un aumento de casos en Sudáfrica. También enseguida se las detectó países de Europa, como Dinamarca y el Reino Unido.
Los primeros indicios de los datos recogidos en Sudáfrica sugieren que las BA.4 y BA.5 tienen una ventaja de crecimiento significativa sobre la subvariante BA.2, que fue predominando en el mundo entre enero y abril. A fines de mayo, la subvariante BA.5 era el dominante en Portugal, representando dos tercios de todos los nuevos casos allí. Para el 24 de junio, BA.4 y BA.5 juntos se habían convertido en variantes dominantes en el Reino Unido y Alemania.
Consultado por Infobae, el doctor Javier Farina, de la Sociedad Argentina de Infectología y jefe de infectología del Hospital de Alta Complejidad Cuenca Alta de Cañuelas, en la provincia de Buenos Aires, comentó: “Todos estamos cansados por vivir en el contexto de una pandemia. Pero hay que tener en cuenta que los sublinajes como BA.4 y BA.5 están circulando y afectando a más personas en el mundo. Quizá en la Argentina y otros países de Sudamérica empiece a producirse una nueva ola por esos sublinajes. Hay que tener en cuenta que la reinfección no significa un cuadro banal. Pueden sufrir secuelas. Por lo cual, hoy es importante que las personas tengan el esquema primario completo y los refuerzos que correspondan. Las vacunas nos cuidan de tener formas graves del COVID-19. El uso de barbijo en ambientes cerrados es necesario, y el aislamiento de las personas con síntomas también”.
El aumento de los sublinajes BA.4 y BA.5 parece derivarse por su capacidad para infectar a personas que eran inmunes a formas anteriores de Ómicron y otras variantes, afirmó Christian Althaus, epidemiólogo computacional de la Universidad de Berna. Como la mayor parte del mundo, está haciendo poco para la prevención de la infección, el aumento de BA.4 y BA.5 se verá impulsado casi por completo por la inmunidad de la población, añadió Althaus en diálogo con la revista Nature, y los casos aumentarán cuando la protección disminuya y sólo disminuirán cuando haya suficientes personas infectadas.
Al basarse en el aumento de la subvariante BA.5 en Suiza -donde la prevalencia de la BA.4 es baja-, Althaus estimó que alrededor del 15% de la población se infectará. Sin embargo, es probable que los países tengan perfiles inmunitarios distintos porque sus historiales de oleadas de COVID-19 y sus tasas de vacunación difieren, señaló Althaus. En consecuencia, el tamaño de las olas BA.4 y BA.5 variará de un lugar a otro. “Puede ser del 5% en algunos países y del 30% en otros. Todo depende de su perfil de inmunidad”, afirmó.
1- La circulación de BA.4 y BA.5 aumenta tanto los casos de COVID-19 como las hospitalizaciones
Ya se sabe que el sublinaje BA.5 (y el BA.4 en menor medida) no solo producen el aumento de los casos de COVID-19. También han causado casos graves por todo el mundo, desde Sudáfrica hasta Portugal, el Reino Unido, Israel y ahora los Estados Unidos. Si bien las cifras globales de casos semanales se han reducido, ese cambio se debe a que hubo un descenso en la detección de casos de COVID-19 por Ómicron BA.2. Pero están creciendo los casos de Ómicron por BA.4 y BA.5.
La mayoría de los países tuvieron olas por Ómicron BA.1 entre noviembre y enero con picos más grandes que BA.2. Es probable que la magnitud de la ola por las subvariantes BA.4 y BA.5 varíe considerablemente en cada país. La cobertura de la vacunación en la población -incluyendo la aplicación de los refuerzos- como por la infección previa en un sector de la población influirán en el impacto que pueden tener las olas por esas subvariantes. A nivel mundial, el 62% de la población accedió al esquema primario de vacunación, y solo el 27% recibió refuerzos.
2- Las olas también pueden recargar los hospitales y afectar a pacientes con otras enfermedades
Los sublinajes BA.4 y BA.5 tienen una constelación de mutaciones genéticas que difieren de BA.2, incluyendo una mutación compartida en S:L452 que se ha asociado con una mayor transmisibilidad, según el último informe de la OMS. “El aumento de la prevalencia de BA.4 y BA.5 ha coincidido con un aumento de los casos en varias regiones de la OMS. En algunos países, el aumento de los casos también ha provocado un incremento de las hospitalizaciones y los ingresos en las unidades de terapia intensiva”, informó. Sin embargo, “las pruebas actuales disponibles no indican un cambio en la gravedad asociado a ninguno de los tres linajes descendientes de Ómicron BA.2.12.1, BA.4 y BA.5″, aclaró la agencia sanitaria.
Pero los expertos consideran que no hay que relajarse con la prevención. En primer lugar, incluso los niveles “moderados” de aumento en las hospitalizaciones pueden tener grandes repercusiones en el sistema sanitario. Puede impactar en la atención a pacientes con otras enfermedades en cuanto a la falta de camas disponibles o la tardanza en el servicio de ambulancias.
3- El aumento de casos de COVID-19 puede conducir a más personas con COVID-19 Prolongado
Otra consecuencia es que si bien el nivel de hospitalizaciones por COVID-19 puede no ser tan alto como antes de la puesta en marcha de los planes de vacunación, el aumento de casos puede provocar más personas con secuelas. Significa que al haber un aumento de la curva de COVID-19 podría crecer también el número de personas con COVID de larga duración, un síndrome con más de 200 síntomas que puede afectar tanto a las personas que estuvieron hospitalizadas como a las que solo desarrollaron cuadros leves o moderados y no necesitaron internación.
Por ejemplo, en mayo aproximadamente el 3% de la población del Reino Unido declaró tener síntomas continuos que no podían explicarse por otra causa: tenían el COVID Prolongado. Además, dos tercios de los afectados (el 2% de la población) vieron limitadas sus actividades por el síndrome.
“Las variantes BA.4/BA.5 marcan una gran diferencia en la enfermedad no vista desde Delta. Las vacunas y la infección previa no evitan su contagio, si disminuyen marcadamente la gravedad de la enfermedad. Esperemos las futuras mutaciones no sean tan distintas”, afirmó en Twitter el médico argentino y profesor asociado de medicina del Hospital Universitario Johns Hopkins de los Estados Unidos, Oscar Cingolani.