OPINIÓN
En Argentina, cerca de 7 millones de personas están en riesgo de contraer la enfermedad de Chagas
En el marco del Día Mundial de esta patología, los expertos de la Sociedad Argentina de Cardiología advirtieron sobre esta patología y señalaron la importancia de la consulta médica para prevenir trastornos cardiológicos crónicos. Quiénes son los más expuestos al contagio.
En el marco del Día Mundial de la Enfermedad de Chagas que se conmemora el próximo viernes 14 de abril y debido al número elevado de personas en riesgo de contraer esta enfermedad en el país, unas 7 millones de personas.
la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) recomienda a quienes viven en zonas endémicas o tienen un familiar infectado, realizar una consulta médica con el fin de constatar si están contagiados y así prevenir los trastornos cardiológicos graves que puede ocasionar la infección a largo plazo.
De acuerdo con el Consenso sobre la Enfermedad de Chagas elaborado en 2019 por la propia SAC, y sobre la base de cifras estimadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Argentina hay aproximadamente 7 millones de personas en riesgo de contagiarse, 1.500.000 ya infectados con el parásito que causa el Chagas (Trypanosoma Cruzi) y entre 350.000 y 500.000 ya desarrollaron cardiopatías vinculadas a la progresión de la enfermedad.
Actualmente, la vinchuca se encuentra en 10 provincias argentinas: Catamarca, Chaco, Córdoba, Formosa, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan y Santiago del Estero, según detalló el Ministerio de Salud de la Nación en el Boletín Epidemiológico N° 616, de agosto de 2022. En tanto, a la fecha de ese boletín, habían obtenido la certificación por la OPS de interrupción de la transmisión vectorial del Chagas otras 9: Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, Misiones, Neuquén, Río Negro, Santa Fe, San Luis y Tucumán.
La cifra de potenciales de contagiados incluye tanto a quienes están infectados y aún no lo saben, como a aquellas personas que, por tener un familiar directo con la enfermedad o vivir en una zona endémica, se encuentran frente a la posibilidad de que en algún momento se contagien. Todos ellos deberían evaluar la posibilidad de hacerse un estudio para prevenirla o diagnosticarla antes de que aparezcan los síntomas.
Para saber si una persona contrajo la enfermedad, debe realizarse un estudio serológico específico para Chagas, es decir un análisis de sangre que detecte los anticuerpos que generó el organismo a causa de la presencia del parásito que causa la enfermedad, el Trypanosoma Cruzy.
En los individuos sin síntomas existen diferentes técnicas para detectar los anticuerpos específicos de Chagas, entre los que se destaca el test de Elisa. De todas maneras, el Consenso de la SAC recomienda, en todos los casos, realizar más de una prueba.
Si el análisis resulta positivo, “en niños de hasta 13 años el tratamiento antiparasitario es curativo, porque elimina el parásito del organismo. Posterior a esta edad, disminuye la posibilidad de realizarlo”, apuntó, en tanto, el doctor Damián Holownia, médico cardiólogo, especialista en ecodoppler vascular, ecocardiograma y cardiología oncológica e integrante de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Una de las formas de transmisión del Chagas es vectorial, es decir a través de la picadura del insecto popularmente conocido como vinchuca, del que predomina en el Cono Sur de América Latina la especie ‘Triatoma infestans’. “Otra forma de contagio es la vertical o transplacentaria, es decir de la madre embarazada al hijo en cualquier momento del embarazo. Por eso, la Ley Nacional 26.281 establece que pueden hacerse controles gratuitos de Chagas a todas las embarazadas y a los recién nacidos”, agregó Holownia.
Vale destacar que la Ley 26.281, aprobada por el Congreso Nacional en 2007, asignó carácter prioritario dentro de las políticas del Ministerio de Salud a la “prevención y control de todas las formas de transmisión de la enfermedad de Chagas, hasta su definitiva erradicación” en el país. Esta norma establece la realización y notificación de pruebas diagnósticas en toda mujer embarazada, en los recién nacidos, hijos de madres infectadas hasta el primer año de vida, y en el resto de los niños menores de 14 años de las mismas madres, con controles particularmente a los 6 y a los 12 años de edad.